Lógica Cuántica
Lógica cuántica
¿POR QUE SE HABLA DE LÓGICA CUÁNTICA?
Porque nuestra conciencia ejerce un efecto sobre nuestro entorno.
Una persona generalmente percibe en las relaciones que establece sus propias características, pero en un sentido inverso. Tomar conciencia de esto nos permite integrar aquellos aspectos inconscientes de nuestra personalidad, para completarnos como individuos.
«Si somos observadores en un campo cuántico, corregir la percepción lo es todo. Nos volvemos íntegros y autorreferentes.»
Alejandra Casado
Una persona generalmente percibe en las relaciones que establece sus propias características, pero en un sentido inverso. Tomar conciencia de esto nos permite integrar aquellos aspectos inconscientes de nuestra personalidad, para completarnos como individuos.
¿POR QUÉ MENCIONAMOS LA LÓGICA CUÁNTICA DENTRO DE NUESTRA PROPUESTA?
Max Karl Ernst Ludwig Planck, considerado uno de los padres de la mecánica cuántica, después de recibir el Premio Nobel de física en 1944, dijo en uno de sus discursos: “Como alguien que ha dedicado su vida entera a la ciencia más bien fundamentada, al estudio de la materia, puedo decir esto como resultado de mis investigaciones sobre los átomos: la materia no existe como tal. Toda la materia se origina y existe sólo debido a una fuerza que hace vibrar la partícula de un átomo y que da cohesión a este sistema solar tan diminuto. Tenemos que suponer, detrás de esta fuerza, la existencia de una mente consciente e inteligente. Esa mente es la matriz de toda la materia.” (Planck, 1918).
En este sentido, otros científicos como: Eddington, Heisenberg, Bohr, entre otros, al observar anomalías que no podían ser explicadas bajo los principios de la física convencional, se vieron obligados a abrir su mente y aceptar otros conceptos para avanzar en el conocimiento sobre la vida y el ser humano, dados los resultados obtenidos en los experimentos cuánticos. Por esto sus informes científicos comenzaron a incluir reflexiones espirituales.
Con esta introducción, podemos ver el por qué, o mejor, el para qué, ahora forma parte de nuestra vida, atender los aspectos “no materiales” que antes nunca se contemplaban científicamente a la hora de analizar nuestros problemas y nuestras debilidades.
Se han integrado conceptos cuánticos como: modelos, metáforas o analogías, desde la biología hasta la conducta humana. Por ello la ciencia y la espiritualidad están ahora más cerca que nunca de volver a reunirse.
“Existen dos concepciones distintas sobre la naturaleza del universo. La primera ve el mundo como una unidad que depende de la humanidad y la segunda percibe el mundo como una realidad independiente del factor humano.” Albert Einstein. (Braden, 2006).
Por años hemos tenido certeza de que el origen de todos nuestros conflictos se encuentra en el exterior.
Por tanto, nos alejamos de todo lo que nos disgusta y nos acercamos a todo lo que nos da placer, bienestar y paz. La materia, el espíritu, el cuerpo y la mente han sido consideradas entidades separadas, lo que se ha llamado “conciencia dual”, en la que todo tiene un complemento (polaridad): arriba/abajo, día/noche, alto/bajo, negro/blanco, claro/obscuro, bueno/malo, etc.
Que también estaban claramente identificados por las antiguas filosofías orientales, por ejemplo, hablaban del yin/yang.
Reconociendo un principio y un fin y un orden secuencial de causa y efecto, lo que ha proporcionado una visión del mundo que nos asimila como entes separados del entorno, al que tenemos que adaptarnos constantemente.
Gracias a los descubrimientos y aperturas en el plano científico, hemos podido comprender que nuestra conciencia es un elemento clave que interacciona con el mundo exterior y ejerce un efecto sobre nuestro entorno.
A esa interacción se le ha denominado de diversas formas, una de ellas: “conciencia de unidad”. Este concepto fundamenta el libro: Un Curso de Milagros U.C.D.M.
En este sentido, nuestra conexión con el entorno y la intuición de que estamos, de alguna forma, conectados con todo el universo, apuntan a la idea de que existe una inteligencia superior que conecta todas las cosas.
Carl Gustav Jung, eminente psiquiatra y psicólogo suizo, creador de la psicología analítica y de algunos de los conceptos psicológicos más conocidos, como: los fenómenos arquetípicos, el inconsciente colectivo, el complejo psicológico y la extraversión e introversión, también recurre a analogías de la teoría cuántica en distintos momentos de su obra, usando la mecánica cuántica, por ejemplo, para explicar y justificar el fenómeno que denominó la Sincronicidad.
Tanto la ciencia como el misticismo han venido reconociendo que, no vivimos separados de nada de lo que nos rodea. Por tanto, podemos percibir en nuestras relaciones (familia, pareja, amigos, compañeros, etc.), nuestras propias características (similares o contrarias). Por tanto, observar en otros nuestras propias necesidades o cualidades (positivas o negativas), permite integrar aquellos aspectos inconscientes de nuestra personalidad, que somos incapaces de ver conscientemente pero que, al percibirlos en ellos, nos reflejan respuestas para poder completarnos como individuos.
“Todo lo que te molesta de otros seres, es solo una proyección de lo que no has resuelto de ti mismo.” Buda.
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Quizás se podría describir la situación diciendo que Dios es un matemático de primer orden y que usó unas matemáticas muy avanzadas para construir el universo”.
Albert Einstein
